– “¿Alguna vez te arrepientes?” preguntó él. –
– “¿De haberte amado?” ella sonrió y agitó su cabeza. “No. Hay muchas cosas de las cuales me arrepiento, pero haberte amado no es una de ellas.” –
Por alguna razón, esa respuesta pareció ponerlo más nervioso.
– “¿Cuáles son las cosas de las que te arrepientes, entonces?” preguntó después de un rato. –
– “Me arrepiento de no haber sido la indicada para ti. Que no hayas sido el indicado para mí. Que el tiempo nunca haya sido correcto para nosotros. Nunca nos faltó amor. La pregunta ni siquiera era si nos amábamos lo suficiente o no, porque si todo el amor llenara una habitación entera – el nuestro habría necesitado más espacio. Se hubiera derramado por las ventanas y golpeado contra las puertas.” Se detuvo, y esbozó una sonrisa tan triste que le rompió el corazón de nuevo. –
– “Sabes que te amé muchísimo”. Susurró él. –
Ella se estiró para apretar su mano y dijo, – “Lo sé, cielo. Lo sé. Pero incluso el amor más grande no puede soportar las guerras de este mundo. Y no importa cuánto nos hayamos amado, no era una guerra que estábamos destinados a ganar.”-
😥